Más de 47.000 hectáreas completamente anegadas, pérdidas superiores a los 1.089 millones de euros en el sector agrario valenciano -según datos de la Asociación Valenciana de Agricultores ()- y daños de dimensiones catastróficas a todos los niveles en el campo valenciano.
Ese es el dramático balance que dejó la DANA del pasado 29 de octubre en la Comunidad Valenciana, cuya afectación va mucho más allá de la pérdida completa de las cosechas de caqui y mandarina del año pasado, y de buena parte de las de viñedo y almendra.
A ello hay que sumar la asfixia radicular -afectación de las raíces por falta de oxígeno en la tierra que mata a las plantas- que dificultará/impedirá próximas cosechas, la desaparición de maquinaria e infraestructura, la proliferación de hongos…
Ante la magnitud de la tragedia, la ayuda, la solidaridad y las respuestas han llegado de todas partes, y los estudiantes de la Universitat Politècnica de València (UPV) han brindado un ejemplo extraordinario en los tres aspectos.
Clara, Hugo y Alejandro
Es el caso de BioSoil, la idea generada por Clara González Blasco, Hugo Lluch Vidal-Abarca y Alejandro Aymerich Pérez, tres estudiantes de cuarto curso del Grado de Biotecnología de la UPV -hoy ya, titulados- ante la solicitud del actual director de IDEAS UPV (el Área de Emprendimiento de la politécnica valenciana), Alejandro Vignoni, de propuestas para presentar a MuéveteXValència, el certamen de la Fundación Princesa de Girona que destinará 100.000 euros a las mejores ideas de reconstrucción de la zona afectada por la DANA.
“Él nos animó a ir allí”, recuerda Clara en referencia al hackathon del pasado 25 de marzo donde nació BioSoil, un cóctel microbiano optimizado mediante biología sintética que regenera la fertilidad de suelos contaminados, reduce residuos tóxicos y activa el crecimiento vegetal, una solución diseñada para ser utilizada por cooperativas y comunidades rurales con una infraestructura mínima.
“Intentamos pensar un poco cómo combinando los conocimientos de los tres podíamos hacer algo que ayudase”, cuenta Clara. “Mi especialidad son las plantas; la de Hugo, la microbiología; y la de Alejandro, la bioinformática; así que se nos ocurrió la idea de BioSoil, que combina un poco los tres campos”, señala la egresada UPV, que el próximo curso continuará su formación en la politécnica valenciana realizando el Máster de Biotecnología Molecular y Celular de plantas UPV.
Tras ganar la fase previa del MuévetexValència, BioSoil recibió mentorías semanales y fue el único grupo de la fase semilla clasificado para acudir a la jornada Inversores con propósito, donde, ante la presencia de SM El Rey Felipe VI, lograron un extraordinario segundo puesto.
Casi 20.000€ de financiación entre el MuévetexValència y SantanderX
Animados por el éxito, Alejandro, Hugo y Clara se presentaron también a SantanderX, premios que otorgan 2.000 euros de dotación a cada uno de los 181 proyectos emprendedores más prometedores presentados. El pasado 30 de junio se dieron a conocer los nombres de los ganadores… y ahí estaba BioSoil.
Pero sin duda su gran momento (hasta la fecha) llegó el pasado 8 de julio, cuando en un acto celebrado en Alfafar, BioSoil superó la primera parte de la final del certamen nacional MuévetexValència de la Fundación Princesa de Girona, obteniendo 5.000 euros de financiación semilla, a los que por la tarde sumaría 12.000 euros más al ser seleccionada como una de las 4 propuestas ganadoras.
Próximos pasos: formulación de las bacterias y, posteriormente, escalado
“Siendo tres biotecnólogos y viendo los destrozos causados por la DANA, sobre todo, en las zonas agrarias, la forma que teníamos para poder ayudar a estas personas que se habían quedado sin trabajo y sin posibilidad de recuperar sus tierras era con estas bacterias modificadas genéticamente” explica Hugo.
“Habiendo conseguido la financiación por parte de la Fundación Princesa de Girona, principalmente, y de SantanderX, el reto ahora es empezar a pasar de la teoría a la realidad”, añade el egresado UPV, que va a centrar su futuro a corto plazo en seguir dando viabilidad al proyecto. “Esas bacterias que ya hemos investigado y sabemos que pueden convertir los contaminantes y producir sustancias para estimular el crecimiento vegetal, vamos a empezar a pedirlas y a estudiarlas en profundidad, a ver cómo se comportan entre ellas, cuáles son las proporciones, cuánto tengo que poner de la bacteria ‘x’ para que crezca bien con otra bacteria y alcancen entre ambas la mayor eficiencia en este aspecto”, explica.
“Los retos que nos esperan ahora son experimentales, más a nivel de laboratorio, testar allí que todo lo que hemos validado técnicamente en los artículos científicos”, indica Alejandro. Esa es la meta a corto plazo.
“De cara a un futuro más lejano,” prosigue Hugo, “cuando ya hayamos resuelto esa formulación de las bacterias, el siguiente objetivo será su escalado, porque una bacteria se comporta muy tranquila en un tubito de ensayo de laboratorio, que es un espacio pequeño, pero ese comportamiento cambia mucho cuando se trata de grandes biorreactores de 3.000, 5.000 litros. Este es un gran reto para todas las industrias que trabajan con microorganismos, pero bueno, gracias a nuestro enfoque de biología sintética con modularidad de las partes, dentro de la bacteria, creo que, con la colaboración del grupo Señalización y Respuesta al Estrés Biótico del Instituto de Biología Celular y Molecular de Plantas (IBMCP, CSIC-UPV) y del Laboratorio de Biología Sintética y Control de Biosistemas (SB2CL) del Instituto de Automática e Informática Industrial (ai2-UPV), podremos solventarlo con éxito”.
Una respuesta útil, de bajo coste y fácil aplicación
Ante el drama de la DANA, en definitiva, BioSoil propone una respuesta útil, de bajo coste y de fácil aplicación. En condiciones normales, los suelos contaminados y degradados tras las inundaciones dependen de productos químicos costosos, lo que imposibilita recuperar cosechas a corto plazo.
Como solución, Biosoil propone el desarrollo de microorganismos modificados genéticamente para eliminar contaminantes (biorremediación) y producir sustancias que ayuden al crecimiento de las plantas (biofertilización) de suelos agrícolas.
Y lo hace con un kit aplicable con herramientas básicas que lo convierte en especialmente adecuado para comunidades rurales con recursos limitados. Así mismo, combinando venta directa y asesoramiento técnico, genera un modelo de negocio inclusivo y de gran eficacia.
Ahora, el camino es implementarlo de manera definitiva, y que de una idea surgida de las cabezas de tres jóvenes estudiantes de la UPV… pueda surgir una solución que beneficie a buena parte de todo el sector agrario valenciano.
BioSoil ya está en marcha… y avanza a toda velocidad.
Carlos Ayats Pérez / Área de Comunicación UPV
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